Ya lo han intentado las veinte caras de las personas y los cantos de las canicas.
Ya han fracasado bipolaridades y tripolaridades varias.
Ya han provado suerte las estrellas del banquillo y la nube suplente del sol.
Y finalmente fue la aurora boreal quien cumplió las expectativas del anuncio de aquel extraño personaje concibíendo asi el poema XX.
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Las palabras se tornan superfluas.