Un martes 13 podría levantarme con el
pie izquierdo, podría ponerme mi vestido
amarillo y continuación salir al pasillo y cruzarme con un
gato negro y tres perros de
colores; podría salir al jardín, encontrar un
trébol de
17 hojas y otro de
4, subir las escaleras ( cruzando por debajo de
siete escaleras ) y abrir mi bonito
paraguas de
nubes por el camino. Podría romper el
espejo de mi habitación y reirme ante él de las
supersticiones.
La suerte es de quien la hace.
ResponderEliminarAunque he de decir que yo tengo un pececillo colgado al cuello que me echa un mano cuando se me cruzan tréboles de cuatro hojas por debajo de escaleras rotas :)