sábado, 25 de septiembre de 2010

Érase una vez

 un bocata. De tortilla.. Una pastel. Amarillo. Una carcajada. Sonora. Unas manos. Diez. Una caida. Grande. Una llamada. A tres. Un blog. Dos. Una bocanada. De aire. Un punto. Y final.

Y se mudaron a una novela.
Y en soplo de aire con la ventana abierta, la novela se calló de la estantería. Y todas las palabras se descolocaron. Y la mentira tomó el control en aquel caos. Y aquellas desordenadas palabras tenían miedo de que la mentira doblegara todos los capítulos del a novela hasta el colorín colorado.
¿Y qué hicieron?
Se revelaron. Sin más. ¿Y sabeis qué?
Que aquellas palabras fueron felices para siempre.

¿Que cómo se llamaba la novela?
Desafío. Sólo eso. Al fin de al cabo, aquella novela no era más que otro desafío para sus autoras.

2 comentarios:

  1. La revolución comienza con una idea que no se puede llevar a cabo por las normas establecidas.
    Y crearon una anarquía.
    Donde los bocadillos de la semana, las películas de Disney y los sábados en la estación cobraban protagonismo. Y la sutileza y la soledad brillaban por su ausencia.
    Vamos a luchar contra lo que está a punto de empezar.

    ResponderEliminar
  2. Every accion has a reaccion.
    Lo podemos decir mas alto, pero no mas claro.

    ResponderEliminar

Las palabras se tornan superfluas.