martes, 30 de marzo de 2010

Tambien la mermelada puede saber a azul..

Me caen gotas de lluvia de los ojos. Dicen que saben a sal pero a mi me saben ácidas. El otro día descubrí que alguien podía romper mi mundo con sólo proponerselo. Pero no mi mundo con la gente que me rodea,mis sentimientos o mis historias. Sino el mundo donde me desvanezco. Donde puedo esconderme hasta que me piquen los ojos. O hasta que me caiga de sueño. Allí dónde solía mojar patatas en pepsi ( pesi ) mientras miraba las hojas de otoño caer. Me gustaba descalzarme y helarme de frío. Era para después volver a casa y meter los pies en agua caliente mientras oía a miguel bosé sonar desde la cocina ( por eso debe ser que ahora lo odio tanto ). O un vinilo a las cuatro de la mañana tomándome un helado. O sólo mascar chicle mientras con mis manos derrumbaba mi casita de plastilina de colores, y sus personitas y su pez de colores gritándome que les salvara y yo los destrozaba con los calcetines...

Después mi mamá me reñía por ensuciame y tenía que castigarme sin caramelos. ( pero yo creo que lo hacia para comerselos ella )



Alguien rompió mi mundo. El único mundo. Mío. Sólo mío y ya de nadie.

1 comentario:

Las palabras se tornan superfluas.