viernes, 30 de septiembre de 2011

Silencios que dicen más de lo que callan

Eres frustración. Eres frustración cuando no me sales en palabras.
Eres dolor. Eres dolor cuando te vas. Eres dolor cuando estás, porque te irás.
Eres silencios.
Eres las uñas desgarrando la carne. Soy la carne que se endurece y los huesos que se ablandan.
Eres el llanto. Soy las lágrimas contenidas.
Eres pensamientos, y yo una mente en blanco.
Soy, lo que has hecho de mí.


Por una vez, por un instante, ni tú serás ni lo voy a ser yo. Prefiero la primera del plural. Hoy seremos. Seremos tiempos, seremos los minutos que nos quedan, seremos los segundos que llevamos y las horas que no llegarán. Y nos pararemos, frenaremos en seco. Romperemos el reloj: PARAREMOS EL TIEMPO.

Y si no podemos parar el tiempo, que los días sean largos, y las noches eternas; que de todos es sabido que en la avenida del sol, no se pone la luna, y en el séptimo cielo, siempre es de noche.

Y hoy sólo quiero que sepas, que me gusta dejarte te quieros en cada silencio.
Pero no te vayas a equivocar,
no eres silencios porque esté todo dicho, eres silencios porque no hay palabras.

1 comentario:

Las palabras se tornan superfluas.