sábado, 4 de diciembre de 2010

Espérame con el Delorean en marcha

una vez más.
Si no he aparecido a las once, vete, nunca apareceré.

Y te fuiste.
Y me quedé...no, no me quede de ninguna manera. Porque ya ni era ni estaba. Bueno, quizá sí estaba.
Puede que estubiera con el cinturón puesto en un taxi a los pies del barranco.

Pero ser, yo era tuya; cómo ahora de aquellas viejas fotos...
...de Polaroid.

1 comentario:

  1. Espérame, con el Delorean en marcha.
    Con el corazón en un puño y los ojos abnegados en lágrimas saladas.
    Y si no aparezco olvídame. Vive y ríe como si mi vida y la tuya nunca se hubiesen cruzado.
    Como si el sol nunca se hubiese puesto desde la tarde que me viste.
    Pero vive.
    Porque me moriré contigo si te mueres, me mataría contigo si te matas.

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Las palabras se tornan superfluas.